miércoles, 3 de agosto de 2011

La siesta*

El pasajero observa indignado como una mujer junto con su bebe, se las rebusca para esquivar el colectivo que el chofer ha detenido violentamente sobre la senda peatonal.
“¡Qué hijo de puta!” piensa sobre el conductor.
La luz del semáforo se pone en verde y el Mercedes 1114 arranca.

El colectivo avanza. A las pocas cuadras un joven se acerca hacia la puerta delantera e ignorando el prehistórico cartel: “DESCIENDA POR ATRAS”, le pide al chofer por la parada.
El pasajero, que todo lo observa, tiene ganas de pararse y tomar al pibe por la nuca, señalarle el cartel y decirle: “¿Acaso no sabés leer pendejo?”... pero la realidad es que las ganas se le esfuman cuando ve subir a una mujer embarazada y dirigirse en su dirección en busca del asiento que le pertenece por ley. Inmediatamente el pasajero desecha sus intenciones moralistas, apoya la cabeza sobre la ventana, cierra los ojos y simula una siesta.








*La Siesta: Obtuvo el tercer puesto del concurso de microrrelatos 2010 "El escritor errante".

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